Amanece una mañana de jueves de junio en el parque de las Hoces del Cabriel, recogemos los bártulos y nos disponemos a desayunar, Rafael el dueño de la Casa Rural de Vadocañas donde nos hemos hospedado nos deleita con un desayuno completo, necesario, porque la etapa de hoy con casi 130 km, lo va a demandar y vaya que lo va a demandar.

Nos despedimos de Rafael agradeciéndole el trato recibido y partimos del interior del parque de las Hoces del Cabriel por una pista que nos lleva dirección al puente de Vadocañas, antigua frontera entre los Reinos de Aragón y Castilla y que fue lo equivalente a un puesto fronterizo.

La pista pica hacia arriba porque tenemos que subir hasta la altura del puente, pero estamos en pleno bosque, los riachuelos interrumpen por momentos la pista y el olor a pinar, aire fresco y naturaleza en estado puro nos da el extra de motivación para pedalear la larga etapa que nos espera hoy.

Los riachuelos del Parque de las Hoces del Cabriel invaden la pista.
El camino pica para arriba
Puente de Vadocañas

Atravesamos el faraónico puente, construcción curiosa, porque tiene cierta longitud y sólo tiene un ojo, parece ser que es de los pocos en Europa de un sólo ojo con esa gran longitud.

Ya estamos en Valencia, el río Cabriel hace frontera en este punto entre las comunidades de Castilla la Mancha y la Comunidad Valenciana y tomamos una pista que es el Camino Natural del Rio Cabriel-Turia, camino que seguiremos unos kilómetros rumbo al siguiente pueblo, Venta del Moro, pero antes tendremos que atravesar todo el parque y subir una colina con un desnivel de 450 metros (no está mal para quemar los huevos con bacon que nos preparó Rafael) para luego bajar a Venta del Moro.

Sabia decisión de acortar la etapa de ayer y pernoctar en el parque, no hubiésemos completado la etapa si ayer hubiésemos planificado terminar en Venta del Moro. Así que tomamos la pista del camino natural y empezamos a subir gradualmente los metros que tenemos de desnivel, la subida se hace durilla, pero agradable por el entorno, maravilloso para todos los sentidos, el olor a pinar, el canto de los pajarillos, la imagen de un amanecer en este parque natural deleita nuestros sentidos y nos da un extra de energía en cada pedalada.

Camino natural de los rios Cabriel-Turia.
Los repechos son cada vez con más pendiente

Seguimos el camino natural, pero al mirar al GPS, horror!, nos hemos equivocado de camino, hemos seguido el camino natural y el track (extraído de google maps) nos dice que tenemos que subir lo que hemos bajado el último kilómetro y tomar una pista que salía a la izquierda, así que después de conversar si vemos un nuevo track o tomamos el track original del GPS, decidimos darnos la vuelta y buscar la pista que nos indica el navegador, así que giramos 180º y encontramos la nueva pista que no voy a describir con palabras pero sí con fotos.

Senda de la Cueva de los Ladrones

Conclusión, 2 kilómetros de senda, 2 bicigrinos hablando en arameo, a ratos arrastrando la bici y otros llevándola a cuestas, «sólo» nos quedan 120 km para llegar a Valencia y nosotros con la bici a cuestas, es más bonito recordarlo que vivirlo, pero la experiencia está allí y la moraleja también, nunca ir con un sólo track, utilizar un track alternativo por si las pistas no son ciclables, incluso un track con carreteras secundarias sin tráfico por si el estado de los caminos no es el óptimo para ciclar, ahí meto caminos embarrados, arenosos, de piedras con escalones etc. Después de casi una hora de «empujing» y «a pulsing» conseguimos coronar el cerro de Peñas Blancas, las vistas son realmente preciosas, aunque no sé si compensan la machada que acabamos de hacer, disfrutamos unos minutos contemplando las vistas y hasta que decidimos continuar bajando por una pista de tierra que nos lleva al siguiente pueblo, poco a poco vamos dejando atrás el Parque de las Hoces del Cabriel, que yo no lo conocía y me ha sorprendido gratamente por su belleza.

Subiendo la parte final de la senda
Bajada desde Peñas Blancas

En la bajada vertiginosa vamos dejando atrás el parque y nuevamente surgen los campos de viñedos que nos han acompañado en la ruta desde el inicio, estamos llegando a la zona conocida como denominación de origen de Requena-Utiel y el paisaje cambia drásticamente del bosque con montañas escarpadas a la campiña del interior de Valencia, en sólo 5 minutos cómo había cambiado el entorno!.

Pasamos al lado de Venta del Moro, pueblo en el que no paramos y seguimos por una carretera secundaria y luego una pista que nos lleva por extensiones de viñedos que se pierden en el horizonte, el pedaleo es suave porque se nota que hemos dejado la meseta y ya estamos descendiendo hasta el destino final, playa de la Malvarrosa, así que disfrutamos el pedaleo, en un día nublado, pero que no amenaza lluvia (de momento) en unas pistas entre viñedos que nos lanzan hacia abajo, atravesamos pequeños nucleos de población como Casas de Cuadra y Los Duques para después de un rato de agradable pedaleo llegar al siguiente pueblo de cierta importancia, Campo Arcís, pueblo que atravesamos sin parar por su travesía principal, nos quedan muchos kilómetros, vamos ahora a buen ritmo, hay que aprovecharlo y no podemos quedarnos fríos.

Campos de Viñedos de la zona de Requena-Utiel
Campos de viñedos a la Salida de Campo Arcís

A partir de Campo Arcís, el paisaje empieza a cambiar, los campos de viñedos se intercalan con zonas boscosas y en el horizonte de la llanura empieza a divisarse una zona montañosa, nos estamos acercando a la comarca de la Hoya de Buñol, que es una pequeña comarca de bosque mediterráneo, muy despoblada, casi vacía, atravesamos los pueblos de La Portera y Hortunas, último pueblo con algunos servicios antes del siguiente pueblo Yátova, con una distancia entre ambos pueblos de 35 km, ¡ojo! 35km de puertos de montaña, así que en previsión de la zona despoblada que tenemos que atravesar, llenamos los bidones, almorzamos en una terraza del último pueblo de Hortunas y cargamos las baterías con energía para nuestras piernas y cabeza, que nos van a hacer falta para atravesar el bello paraje de la Hoya de Buñol.

Pista asfaltada que nos lleva a Hortunas
A la Salida de Hortunas
Comarca de la Hoya de Buñol

Ya estamos en pleno paraje de la Hoya de Buñol y ciclamos por una pista sin tráfico, casi desierta que nos permite avanzar con menos esfuerzo que si fuese una pista de tierra y nos permite disfrutar el bosque y monte mediterráneo, esta carretera es una montaña rusa, los pequeños puertos finalizan en bajadas vertiginosas, conté hasta 3 puertos, que una vez se coronan nos permiten disfrutar de unas vistas impresionantes y que permiten disfrutar la bajada a buena velocidad permitiendo recuperar las fuerzas perdidas por el esfuerzo de la subida, pero el cansancio ya empieza a hacer mella, ya llevamos casi 80 km con bastante desnivel acumulado y empujing, pero que es compensado con la motivación de que hoy es la última etapa y destino final de esta ruta está cada vez más cerca, la Playa de la Malvarrosa.

Después de horas de pedaleo, con cierto esfuerzo conseguimos llegar al siguiente pueblo Yátova.

Puerto antes de llegar a Yátova
Bajadas vertiginosas a los puertos.
Subida a Puerto Cardera.
Llegada a Yátova

El pueblo de Yátova lo atravesamos sin parar, a pesar de que es el primer pueblo con servicios no logramos encontrar ningún lugar para comer y partimos dirección Alborache, en Alborache llegamos a un bar donde nos ofrecen bocadillos fríos, son casi las 16.00 y los restaurantes tienen la cocina cerrada, así que tomamos un tentenpié y unos refrescos, cargamos bidones y partimos nuevamente la ruta. Partimos hasta el siguiente pueblo Turis, por el que pasamos sin parar y volvemos a tomar una senda por campos de frutales, que no es otra que el Camino Real de Valencia, y que nos lleva por senderos y pistas alfaltadas entre campos de cítricos a la entrada de Valencia, el camino es descendente y ese olor a mar y cítricos nos da energía para seguir pedaleando y disfrutando.

Camino Real de Valencia a la salida de Turís
Campos de Frutales y viñedos

Después de este camino tan agradable entre cítricos y demás frutales nos encontramos con la localidad de Torrent, que atravesamos por carril bici, hasta que por fin llegamos a la ciudad de Valencia, un cartel nos da la Bienvenida en Valenciano «Benvingudes Valencia Ciudat». Después de una entrada un poco caótica por senderos cubiertos de hierbas, avenidas con tráfico de hora punta, nos encontramos con el carril bici que nos lleva hasta el final de esta aventura, la Playa de la Malvarrosa, pero antes nos encontramos con edificios emblemáticos de la ciudad de Valencia y como no, el estado del Valencia FC «Mestalla», sí, así teníamos las piernas, como el campo del Valencia, hasta que al fin nos encontramos con la arena mediterránea de la Playa de la Malvarrosa lugar donde aprovechamos para darnos un merecido baño y chim pum este viaje se ha acabado!. Ya sólo nos queda disfrutar un día de esta preciosa ciudad y mañana coger el tren que nos llevará de vuelta para casa.

A partir de este momento ya podemos planificar la ruta del siguiente destino, cuál será?, hay varias opciones Consuegra-Tarifa?, Consuegra-Lisboa?, Consuegra-Cabo de Gata?, quién sabe!, lo que es seguro que alguna ruta habrá en 2022 y aquí se contará en este blog.

Si te han gustado las historias de este blog de cicloturismo y has llegado hasta aquí se agradecen comentarios!. Hasta la próxima!

Playa de la Malvarrosa, fin de esta aventura.